Esa noche, ya limpio, sin hambre, se dio cuenta de que también enía tiempo para pensar. Y lo primero que pensó fue que nuncia había pensado. (...) ¿Qué había hecho en su vida, entonces? No sabía. Pero ésa era una pregunta; sólo cuando se hizo muchas, todas juntas, una casi sobre la otra, encimándolas, encontró la respuesta. (Bizzio, Rabia. 66/90)
sábado, 19 de enero de 2008
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