"Las verdaderas matemáticas no tienen nada que vere con las aplicaciones prácticas ni con los procedimientos de cálculo que aprendes en el colegio. Estudian conceptos intelectuales abstractos que, al menos mientras el matemático está ocupado en ellos, no guardan relación alguna con el mundo físico y sensorial. (...) Los matemáticos encuentra el mismo placer en sus estudios que los jugadores de ajedrez en el juego. Desde el punto de vista psicológico, el verdadero matemático se parece a un poeta o a un compositor musical: a alguien preocupado por la creación de belleza y la búsqueda de armonía y perfección". (Doxiadis: El Tio Petros: 27)
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